Paola Paredes
Trabajadores en Cuarentena
A principios de marzo de 2020, las fronteras de Ecuador cerraron. Dos días después y la misma ciudad de Quito cerraría sus fronteras, movilizando casi instantáneamente a las fuerzas militares, para patrullar las carreteras.
Las calles del distrito comercial de la ciudad se convirtieron en una visión sombría y surrealista de lo que Quito era. La ciudad misma, alguna vez bulliciosa, caótica y ensordecedora, se detuvo en silencio. Con el pasar de los días decidí salir a caminatas alrededor del barrio con todas las precauciones. Caminando por las desoladas calles de Quito, un fenómeno en particular me llamó la atención: las y los trabajadores que todavía permanecían en ellas.
Quito tiene muchas personas contribuyentes dentro de la “economía no oficial”. Mientras que la mayoría de lxs residentes practican la cuarentena domiciliaria, muchos permanecen en las calles. Estos trabajadores del mercado, cuidadores de carros, vendedores ambulantes, recicladores, recolectores de basura etc.; a menudo, no cuentan con un salario garantizado, ni ahorros. Son sin lugar a dudas, las personas más vulnerables de la sociedad. Son los que facilitan la cuarentena.
La mayoría de estos hombres y mujeres son las únicas personas que proveen a sus familias, sin ingresos alternativos, y con pocos o ningún ahorro. Si bien sus ganancias son necesarias para la subsistencia básica, el temor a contraer el virus (o propagarlo entre sus seres queridos) es universal.
Las siguientes imágenes son un vistazo a la vida de muchos/as quienes permanecen invisibles, para quienes tienen el privilegio de la cuarentena domiciliaria.
Texto: Colaboración entre Paola Paredes y Danielle Best